Los Pisitos

De la isla-pueblo al polígono-gueto


La población llegada a las ciudades durante el éxodo rural de los años 60 transformó las mismas creando asentamientos de viviendas autoconstruidas a imagen de sus contextos originales. Pocos años después, muchas fueron derribadas, realojando a la población en polígonos de vivienda provocando un gran cambio en su estilo de vida y haciéndola propietaria de un pisito.

Palabras clave: isla-pueblo, integración,absorción, migración, polígono.

Texto original en euskera publicado en
39. ZENBAKI «FIKZIO HIRIAK«.
ALDIRI. ARKITEKTURA ETA ABAR.
Enlace al texto original.
Thais Ibarrondo, Carlos Muñoz / cAnicca [a+d+u]


El siguiente texto es una reflexión a partir de la investigación realizada para la 4ª edición del proyecto Amarí Gilda (2018), cuyo el hilo conductor fueron el urbanismo y los polígonos de vivienda desarrollados en España en la segunda mitad del siglo XX.

El proyecto Amarí Gilda (desarrollado junto a la Asociación Nevipen) consiste en remezclas culturales que derivan por la gastronomía y por fragmentos audiovisuales cruzando las miradas de la comunidad gitana y la sociedad mayoritaria. A partir de películas, cortos o documentales, y en torno a una mesa en la que cada año se presenta un pintxo diseñado desde la tradición gastronómica gitana, se reflexiona sobre temas que de alguna manera afectan (no sólo) al mundo gitano. El nombre Amarí Gilda (nuestra Gilda en caló) pone en relación la “Gilda”, pintxo icónico de Euskadi, y el idioma “caló” destacando así el protagonismo que toma el espacio de la comida como activador de conversaciones.

En este texto se realiza un acercamiento al impacto del cambio de estilo de vida que supuso para emigrantes de ámbitos rurales -Extremadura, Andalucía y Galicia principalmente- su llegada a un contexto urbano buscando trabajo y el símil de la “integración” (o “absorción”) del pueblo gitano en el sistema de bienestar de la sociedad mayoritaria, al abandonar su condición de nómada. El texto se estructura en relación a varios fragmentos audiovisuales que hacen un camino desde el caso de la construcción de Otxarkoaga en Bilbao, al urbanismo y la arquitectura de polígonos de vivienda vinculado a las políticas urbanas tardofranquistas, hasta terminar con los procesos de expulsión de población de zonas urbanas menos favorecidas, que a día de hoy, siguen estando al orden del día.

De la casa al “pisito”

Durante la posguerra se produce un importante movimiento migratorio dentro de la península desplazando personas desde las periferias rurales a los nuevos núcleos productivos situados en las grandes ciudades industriales. A partir de este éxodo rural se dan una serie de situaciones en la ciudad que la transforman en muy pocos años creando, entre otras cosas, lo que podríamos denominar islas-pueblo. La idea de isla-pueblo hace referencia a los asentamientos de viviendas autoconstruidas que constituyeron nuevos barrios en terrenos en desuso, insertas o anexas a la ciudad productiva, pero con una lógica urbana similar a la formación histórica de los pueblos; es decir, espontanea y desprovista de planeamiento. Poco tiempo después de su construcción, la mayoría de estos asentamientos fueron derribados por las autoridades alegando condiciones de infravivienda. Su población originaria de los contextos rurales, que a su vez podríamos definir como periferias territoriales, se ve expulsada a periferias urbanas donde además de ser privada de su estilo de vida basado hasta ese momento en arquitecturas y espacios públicos horizontales y de proximidad (el pueblo), es alejada del núcleo urbano donde a priori se encuentran las oportunidades de progreso viéndose además, forzada a instalarse en pisitos apilados verticalmente en bloques de viviendas que conformarán el paradigma -hoy fallido- de la arquitectura del movimiento moderno.

Ocharcoaga, camino de ida y vuelta a periferias

El documental Ocharcoaga (Jorge Grau, 1961), realizado por encargo del Ministerio de Vivienda, muestra con un tono alegre y propagandístico las bondades del nuevo proyecto residencial de Ocharcoaga, situado a 3 kilómetros de Bilbao y construido para realojar a la población de las casi 8.000 viviendas derribadas en diferentes asentamientos del núcleo urbano de la ciudad. Es interesante observar cómo el lenguaje se utiliza para generar realidades y cómo en este documental, la palabra “chabola” aporta automáticamente un carácter peyorativo, generalizando las calidades de la arquitectura autoconstruida por la población llegada a la ciudad. Las imágenes previas a las demoliciones que presenta el documental, así como los restos desenterrados recientemente por Iñigo Varona Sánchez en el marco de su proyecto Pisando Territorio, muestran que muchas de las llamadas chabolas eran viviendas dignas, probablemente con un sistema constructivo similar a las que la población habitaba en sus lugares de origen. El conjunto de estas viviendas, que se encontraban distribuidas en barrios improvisados conformando pequeños pueblos en la ciudad formal, es lo que llamamos las islas-pueblo.

Utilizando de nuevo el lenguaje como herramienta de construcción de realidades, esta vez como modo de positivizar una expulsión, se narra el realojo de las familias asentada en estos núcleos no formales en el nuevo barrio de Ocharcoaga a través del “Plan de Emergencia Social”. Alejados del modelo que habían reproducido en su llegada a la ciudad, son trasladados a la nueva tipología estrella del planeamiento urbano del momento, es decir a los polígonos de vivienda donde pasan de la horizontalidad y las texturas, a la verticalidad plana de las nuevas formas arquitectónicas. El narrador, a pesar del aparente entusiasmo que muestra hacia este nuevo modelo urbano, reconoce: “un poco raro sí que están al principio”, refiriéndose a la población como si de un experimento se tratase.

Escenas del documental Otxarkoaga, el nacimiento de un nuevo Bilbao

En 2011, cincuenta años después del cortometraje documental, la Asociación de Familias de Otxarkoaga (ya con “tx” y con “k”), produce un nuevo documental Otxarkoaga, El nacimiento de un nuevo Bilbao (Asociación de Familias de Otxarkoaga, 2011) que cuenta cómo ha sido la vida en el barrio desde aquel 1961 en el que los vecinos fueron depositados allí en camiones para habitar a la fuerza la experimental arquitectura moderna, inoculando de paso el nuevo elemento de control social y paradigma del éxito de la clase media española en la segunda mitad del siglo XX: la vivienda en propiedad.

En este documental se vuelve a afirmar que prácticamente el 95% de las chabolas registradas eran construcciones consolidadas y que lejos de ser la arquitectura el problema de aquellos barrios, principalmente lo era la falta de infraestructuras y servicios municipales. El ejemplo de que otro relato era posible es el barrio de Masustegui; barrio que fue autoconstruido en el mismo periodo y bajo las mismas condiciones, y único ejemplo conservado en la actualidad. Sin embargo, aludiendo a esta presunta precariedad arquitectónica, esta operación ha sido narrada durante años como un éxito para estas familias que pasaron de vivir en una “chabola” a vivir en un piso moderno, -inacabado en el momento del traslado y de escasas calidades– como se comprobaría poco después.

La cronología de la población del barrio de Ocharcoaga que se desarrolla a continuación, puede ejemplificar una realidad que se repitió en muchas otras ciudades españolas.

  • 1945, se inicia la formación de barrios autoconstruidos.
  • 1959, se registran más de 7.500 viviendas autoconstruidas carentes de infraestructura y servicios urbana en Bilbao.
  • 1961, traslado obligatorio al polígono de viviendas, tres años antes de la inauguración.
  • 1964, inauguración oficial del barrio.
  • 1969, surgen las luchas vecinales porque en solo cinco años el barrio ya estaba en malas condiciones y las viviendas que habían recibido eran de peores calidades que sus casas derribadas.
  • Años 80, marginalidad, abandono, drogas, delincuencia y degradación.

En numerosas ocasiones se hablará de estas estrategias urbanas como políticas de integración, sin embargo, habría que preguntarse si a lo que realmente se refiere esa integración, es a la de los terrenos antes ocupados por estas personas, a los intereses -a veces- del desarrollo urbanístico. A través del aislamiento y separación se tiende a favorecer el control, la marginalidad y la guetificación de ciertos sectores de la población; con un efecto desintegrador sin excepción.

Arquitectura y urbanismo para la desintegración

Al mismo tiempo que en Bilbao se llevaba a cabo este cambio forzoso de un modo de vida y la construcción de uno de los barrios que más conflictos sociales tendría en los años posteriores, el mismo fenómeno se desarrollaba en otras grandes ciudades. En esta etapa en la que los polígonos, bloques o colmenas proliferaban, fueron creándose guetos como las 3000 Viviendas en Sevilla o el sinfín de barrios periféricos de Madrid, refugio de miles de personas llegadas de las ruralidades de todo el territorio. La filmografía de Pedro Almodóvar podría funcionar como monográfico sobre este tipo de urbanismo y arquitectura pero en este caso analizamos únicamente una de sus películas esenciales, ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (Pedro Almodóvar, 1984).

Esta película que puso fin a su primera etapa de manera soberbia, nos muestra múltiples escenas en las que vemos detalles de un modo de vida asociado al pueblo en un nuevo escenario conformado por bloques y descampados, llenos y vacíos urbanos, igualmente planos. El piso de la familia protagonista muestra, encorsetado en una minúscula vivienda, la insinuación de un estilo de vida importado del lugar de origen: el jamón en la pared, el cuadro del ciervo en el salón, la estufa y las maneras apretadas de relacionarse con continuos suspiros y anhelos hacia el pueblo, convertido en un lugar simbólico. 

La película también muestra la relación de varios personajes de esas colmenas de la M-30 con la heroína; sustancia que de manera directa o indirecta ha estado en muchas ocasiones relacionada con procesos de especulación urbana. El vínculo de estos espacio con dicha sustancia es la causa o consecuencia de un modelo urbano fallido que a la larga, acabaría convirtiéndose en el caballo de batalla para la degradación y posterior gentrificación de multitud de barrios.

Escenas finales del largometraje ¿Qué he hecho yo para merecer esto!

El cénit de la película muestra al personaje interpretado por Carmen Maura asomada al balcón y, según el punto de vista de la cámara, podemos interpretar la escena como un intento de homicidio que el propio bloque de pisos está a punto de cometer, aunque en un primer momento podríamos pensar también en un conato de suicidio. Vemos como la actriz se inclina bajo la presión de una arquitectura que la empuja hacia una plaza dura solitaria que la espera, y cómo únicamente la irrupción de una presencia humana en ese espacio evita que se ejecute el crimen.

Los arquitectos de siglo XX creyeron que habían encontrado la solución para la situación de falta de vivienda, que en parte estaba asociada a las casuísticas dadas por el éxodo rural y los posteriores desalojos, pero en el documental No te mueras sin ir a Ronchamp (Imprescindibles TVE, 2014) podemos ver como el arquitecto Saénz de Oiza, que discute acaloradamente con los futuros habitantes de uno de sus proyectos de vivienda colectiva, debido a la baja calidad espacial de la que se acusa a su obra, acaba renegando de este modelo y de las políticas de integración (o absorción).  “El hombre no debe ser alojado, el hombre debe tener libertad de elegir vivienda como elige mujer, casa y ciudad. Entonces yo no soy partidario de que a un hombre haya que alojarle. Se siente como una situación de emergencia, pero no como una situación resuelta de vida plena”. Sin entrar a analizar su postura discursiva patriarcal, nos centramos en cómo el espectador descubre al arquitecto como cómplice del sistema a través de la creación de un modelo urbano que cercena la libertad. Como consecuencia de las políticas de vivienda en propiedad implantadas por José Luis Arrese, ministro de Vivienda del gobierno franquista y, como una nueva y seductora medida de control, las personas que huyeron del campo trasladándose a la ciudad no tuvieron más opción que convertirse en proletarios-propietarios de viviendas de dudosa calidad en barrios que durante muchos tiempo serían marginales.

Aproximación al caso gitano

Hablando de realojos, de islas-pueblo y sobre todo de cambios en el estilo de vida, muchas situaciones podrían ser compartidas por los migrantes de ámbitos rurales y por la comunidad gitana. Sin embargo, el cambio adquiere una complejidad mayor en el caso de la comunidad gitana cuando se ve “integrada” en los nuevos estándares, cambiando de manera radical su forma de vida y perdiendo así, algunas de las características que conforman la identidad y los valores por los que se diferencia su cultura, empezando por la definición de pueblo errante

En el documental Gitanos sin romancero (Llorenç Soler, 1976) podemos ver cómo en algunas ocasiones, el polígono de viviendas no ha sido la única alternativa, aunque haya sido la más extendida. Desde la arquitectura se han planteado soluciones al realojo de la comunidad gitana, con mayor o menor fortuna, a veces desde el romanticismo y quizás el paternalismo, como la llevada a cabo en Pontevedra en las que se basa el documental. Otras desde perspectivas más interesantes como la planteada por Recetas Urbanas en el poblado de As Rañas, también en Galicia, que lamentablemente quedó incompleta por motivos políticos. En cualquier caso, al margen de la solución arquitectónica adoptada, el gran cambio para la comunidad gitana lo ha provocado la seducción de la estabilidad y la inserción en la seguridad social, ya que ha forzado un modelo sedentario de establecerse en el territorio que corta con una larga tradición de nomadismo y transforma sus mecanismos de supervivencia.

Plaza Alta de Badajoz. Arriba escenas del largometraje Latcho Drom. Abajo imágenes de google street view.

La película Latcho Drom (Tony Gatlif, 1993), en la que se muestra el viaje histórico de la comunidad gitana desde la India hasta la península ibérica, termina curiosamente, en el lugar de origen de muchas de las familias que fueron trasladadas a Otxarkoaga: Extremadura. Concretamente, el documental muestra la realidad vivida en la Plaza Alta de Badajoz, cuna de grandes sagas flamencas. Esta plaza fue durante muchos años un lugar de relación entre artesanos y comerciantes, gitanos y payos, hasta que en la década de los ´80, de nuevo en parte debido a la relación de sustancias psicoactivas con determinados contextos urbanos, degradaron el lugar hasta transformarlo en un entorno conflictivo, principalmente para los ojos de las personas externas al barrio, que hoy disfrutan de sus terrazas y bares de moda, tras la expulsión de las familias gitanas que se muestra en la película. Estas familias muy probablemente fueron realojadas en un bloque de pisos que les ofrecieron bajo el argumento de mejora y que, analizando hoy el precio de sus antiguas viviendas en la Plaza Alta, suena a trampa.

La gentrificación, tan de actualidad a día de hoy, perpetúa un modelo en el que un barrio en el que se desarrolla un estilo de vida no normativo o no –tan- liberal, como lo eran los llamados barrios de chabolas o como lo han acabado siendo muchos barrios históricos de grandes ciudades, son destruidos simbólica o literalmente para incorporarse a la ciudad de una manera aséptica y mucho más rentable. El análisis de documentos audiovisuales nos permite descubrir ciudades –hoy- de ficción que sirven para poner en crisis la manera en la que se continúa construyendo ciudad, repitiendo los mismos patrones (y errores) desde hace casi un siglo.


Filmografía principal (por orden de aparición):

GRAU, Jorge (dir.). (1961). Ocharcoaga [cortometraje documental]. España. Procusa, (prod.).

Asociación de Familias de Otxarkoaga –AFO- (dir.). (2011). Otxarkoaga, el nacimiento de un nuevo Bilbao [cortometraje documental]. España. Asociación de Familias de Otxarkoaga –AFO- (prod.).

ALMODÓVAR, Pedro (dir.). (1984). ¿Qué he hecho yo para merecer esto! [largometraje]. España. Tesauro (prod.).

VILLALUENGA, Yolanda (dir.) (2014). No te mueras sin ir a Ronchamp [documental]. España. Rosa Pérez Roa (prod.).

SOLER, Llorenç (dir.). (1976). Gitanos sin romancero [documental]. España. Llorenç Soler (prod.).

GATLIF, Tony (dir.). (1993). Latcho Drom [largometraje]. Francia. Michele Ray-Gavras (prod.)